Entradas

Mostrando las entradas de febrero, 2021

El también me miraba

Imagen
  Sergio era moreno, tenía 19 años y un físico esculpido, muy deseable. Era de una provincia vecina en mis años de seminario. Habíamos empezado en el mismo curso y desde que lo había visto enfundado en unos jean gastados que le quedaban al cuerpo comencé a desearlo. Creo que mucho más que deseo, era un delirio, como algo inalcanzable, una idolatría donde decíamos amar al único Dios. Como mi director espiritual me lo había aconsejado, pensar en Sergio aunque más no fuera unos segundos, era “un mal pensamiento que tenía que apartar de inmediato”, a veces sin querer apartar del todo lo delicioso de recordar su cuerpo tan moreno y deseable me producía una erección muy fuerte e incontrolable. Yo tenía solo 18 años… Cuando por las tardes íbamos a ducharnos al baño común, sentía por arriba de la pared baja el agua cayendo sobre su cuerpo deseado y la erección me ponía loco, cambiaba por agua fría y era peor, al salir sentía mi cuerpo hirviendo… A veces escuchaba como se jabonaba y yo come

Placer y sorpresa

Imagen
La tarde del domingo la pasaron chateando, tratando de conseguir alguien que quisiera hacer un trío con ellos, pero no habían logrado conseguir alguien de su gusto y con la onda como para gozar de un buen momento en grupo. Carlos y Agustín estaban calientes, viendo fotos de desnudos que intercambiaban con los chicos de una red social. Ya era noche y no conseguían satisfacer esas ganas que cada vez crecían más y más… -¿Y si sacamos el auto y nos vamos al parque?-, propuso Agustín. -Vamos a ir a pedo, no se consigue gente a esta hora-, replicó Carlos. -Vamos y veamos, esta hora es buena, siempre hay alguien. -Bueno, te hago caso porque sos “parquero”, y sabés bien dónde y a quién tirar onda- se convenció Carlos. Apenas llegaron al sitio más típico de joda, vieron a un hombre moreno y bajo parado en una esquina. -Y ese?, preguntó Carlos al “experto”-. -Pasá de nuevo, creo que quiere joda, se tocó el paquete con insistencia. Da la vuelta, le dijo Agustín. Carlos obedeció excitado e incrédu