Encuentro espontáneo


 Fabián y Gustavo se encontraban en una de esas tardes en la que apetecían estar sexualmente con otros, gozar del sexo en grupo, experiencia que había dado muchos buenos momentos a la pareja que ellos conformaban.

Al principio les había costado "compartirse", como llamaban ellos al sexo libre -o pareja abierta-, pero ahora eran compinches de las más copadas camas sin problemas, todo lo contrario, el gozo compartido tenía un plus: estar con otros delante de la pareja.

La insinuación inicial, un par de miradas cómplices y, sin darse cuenta, ya estaban frente a la computadora buscando con quien tener juntos un momento de placer.

En un lugar de encuentros casuales muy conocido hallaron, a poco rato, a un chico de unos 25 años, charlaron un rato y se contaron formas, gustos y fantasías. Vieron fotos de los tres y la pareja quedó conforme con aquel hombrón alto y formido, activo en la cama y deseoso de tener su primera experiencia grupal. Se pasaron los celulares y pactaron una hora y el lugar de la cita: la casa de Gus y Fabián.

Como chateaban con varios a la vez, apareció un segundo posible garche con las mismas ganas de tener sexo con varios y, tras un momento de dudas, los dueños de casa, muy golosos en lo que a placeres se refiere, lo invitaron a integrarse al grupo. El nuevo integrante, tenía alrededor de 35 años, era moreno, activo, y de muy buen aspecto físico. De inmediato consultaron con Fabricio, el primer contacto, si estaba de acuerdo y éste respondió afirmativamente. La partusa salía como cuarteto...

El primero en llegar fue Fabricio. No bien entró se puso a conversar con los dueños de casa y a los pocos minutos llegó el segundo, Leandro, quien, tras los saludos y algunas palabras pasó a la habitación principal junto con los dueños de casa y el otro invitado.

Apenas entraron al dormitorio, Fabricio y Gustavo comenzaron a besarse, mientras los otros dos iban entibiando el ambiente con caricias y besos profundos. Al rato, Fabián, el unico pasivo de la fiesta, se acercó a su pareja que transaba a full con Fabricio. y comenzó a besar a ambos. Luego se unió a ellos Leandro y cambiaron las parejas Fabián con Fabricio, y Gustavo con Leandro.

Las caricias y los besos se alternaban con el tanteo de las zonas bajas, como tratando de adivinar la oculta delicia que les esperaba a los cuatro. Todos se sacaron las remeras que tenían puestas y Fabián bajó a felar a cada uno de los tres, que gozaban mientras ambos invitados besaban a Gustavo, el otro dueño de casa.

Luego de la chupada triple, Gustavo y su ocasional compañero, Leandro, se echaron desnudos en la cama, mientras Fabián felaba apasionadamente al más joven, engolosinado con su sabrosa verga, y éste no podía ocultar su excitación y gozo. La pareja de la cama transaba mientras también se masturbaban mutuamente y ambos miraban como Fabián se deleitaba con el grueso pene muy erecto de Fabricio.

Pasado ese momento, el más pendejo se recostó en la cama y Fabián siguió lamiéndole el pene, mientras preparaba la obvia y deseada penetración. Le colocó el condón con la boca y luego se lubricó el ano. Lentamente, y con mucha calentura, Fabián fue introduciéndose la verga de Fabricio sentado sobre las entrepiernas del joven novato, quien miraba con los ojos desorbitados al tiempo que su miembro entraba más y más dentro del culo del pasivo.

Luego de un rato de movimientos regulares y lentos solo se sentían en la habitación el chasquido de los besos que Gustavo y Leandro se daban apasionadamente, mientras los gemidos del mayor de la pareja indicaban el gozo que le producía el grueso miembro de Fabricio en sus entrañas.

Habrían pasado apenas un par de minutos cuando Fabián impuso un cambio de ritmo en la escena. Pidió al morocho que intentara desde atrás la penetración doble. No bien Leandro se puso atrás y compartió la penetración de Fabián con Fabricio, los gemidos de placer y dolor del pasivo indicaron lo doloroso que era tener dos miembros al mismo tiempo dentro del recto. 

Luego de un rato, Leandro cedió los honores a Gustavo, que miraba deseoso de participar de esa doble tan sabrosa. El nuevo integrante de la figura penetró a su pareja durante un rato en que los tres gemían de placer y luego volvió a dejar en manos de Leandro el culo de Fabián, que seguía con la verga de Fabricio adentro, empujando desde abajo.

El moreno se puso en cuchillas detrás de Fabián y lo penetró de golpe. El mayor del grupo dio un grito ahogado, lo que no impidió que Leandro continuara penetrándolo y comenzara a moverse dentro de Fabián con fuerza, sin piedad. Para callar al pasivo anfitrión, que gemía muy dolorido, Gustavo se puso adelante y le introdujo su grueso pene en la boca. Fabián no podía creer que tenía 3 penes dentro, era el supremo deleite sexual y la fantasía más delirante jamás realizada por él.

 Así estaban todos gozando entre gritos ahogados del pasivo y los gemidos casi salvajes de los tres jóvenes que gozaban acompasadamente del mismo cuerpo, casi como figuras de una danza deseada y obscena.

Los movimientos de Leandro eran cada vez más intenso y era obvio que se acercaba el orgasmo. En un momento empujó fuerte y con movimientos lentos el culo de Fabián y descargó dentro de él su semen. El climax fue largo, duró más de lo habitual.

Entonces se detuvieron y Leandro, satisfecho y sereno, sacó su verga aún erecta del ano del complacido pasivo, quien respiró aliviado. El condón estaba lleno de abundante esperma y Leandro lo exhibió orgulloso a los otros dos, que aún no se habían saciado con Fabián. La admiración de Gustavo. lo hizo exclamar: "si yo sabía que acababas tanto te hubiera pajeado hasta ver cómo salía esa enorme cantidad  leche de tu pija". Todos rieron por el ocurrente comentario. 

Fabián siguió felando a Gustavo y cabalgando sobre Fabricio. Tras un rato sacó el pene del más joven y pidió otra vez la pija de su pareja. Ni lerdo ni perezoso, el anfitrión activo lo penetró boca abajo mientras ambos felaban a Fabricio que ahora estaba enfrente de los fornicadores. Completaba la escena Leandro, quien  intentaba penetrar a Gustavo y por momento le metía su pija nuevamente erecta. Luego de escasos minutos, Gustavo llegó al climax y entre gemidos cortados descargó dentro de las entrañas de Fabián su carga de abundante leche.

Para concluir, Gustavo puso a Fabricio, que aún no había eyaculado, sobre la cama y se sentó sobre su dura verga. Su pareja, Fabián, le introdujo su miembro en la boca mientras Fabricio se metía dentro de él. Mientras se cogían a su pareja Fabián descargó en la boca de Gustavo toda el líquido caliente de su virilidad.  El penetrado sin dudarlo lo saboreó y luego tragó el líquido espeso, mientras Fabricio, dando un gemido ahogado, le llenaba de semen el recto.

Al terminar el festín erótico todos reían y comentaban la situación, aún desnudos y con los penes semi flácidos, mientras, en la cama, se daban besitos tiernos y seguían tocándose, como si quisieran prolongar la orgía un poco más. 

Satisfechos se vistieron y las visitas partieron por rumbos distintos. Quizás no se vieron más. La pareja se quedó aún un rato más en la cama comentando lo bien que la habían pasado con los dos jóvenes visitantes y diciéndose palabras románticas jugueteaban con un sabroso sesenta y nueve.

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